La creatividad es la habilidad de resolver problemas de maneras distintas, de percibir las cosas de diferente forma, de entender el mundo desde diferentes perspectivas. En muchas ocasiones se cree que un niño nace creativo, que así como ciertas personas pueden tener facilidad para la música, para actividades físicas o para las matemáticas, nacen con creatividad. Pero la realidad es que todos nacemos con amplia capacidad creativa, es algo natural que tenemos desde nuestros ancestros para poder resolver problemas y sobrevivir. El problema es que muchas veces la sociedad, la escuela e incluso los mismos padres, somos quienes vamos poco a poco encapsulando la forma de pensar de los niños y vamos “matando” su instinto creativo. ¿Por qué? Porque es más fácil cuando todos se comportan de acuerdo a los estándares sociales, es más fácil manejar un grupo de alumnos cuando todos hacen lo mismo, es más fácil manejar un hogar cuando está en orden y cuando los niños están en silencio.
Vivimos en un mundo sobre estimulante, donde siempre hay algo qué hacer, un lugar a donde ir, algo que ver, y lo que nos falta es tiempo, no tenemos tiempo de aburrirnos, no tenemos tiempo para el ocio y es precisamente este tiempo libre, este tiempo de aburrimiento lo que impulsa al cerebro a buscar nuevas alternativas, a cuestionarse, a crear. No necesitamos una agenda atiborrada de actividades para hacer con los niños, ellos necesitan espacio para poder alimentar su creatividad, para usar su imaginación y para salirse de la caja.
En el artículo de hoy, queremos invitarte a romper con esto, a buscar devolverle a tus hijos, y también a ti mismo, la capacidad para crear y pensar fuera de la caja. A continuación de compartimos unos tips:
Apaga pantallas - La televisión, tablets y celulares se han convertido en el artículo indispensable para mantener a los niños “entretenidos”. Hemos abusado de este recurso al punto tal de que incluso al comer están enganchados con una pantalla. ¡Paremos esta locura ya! Hagamos un esfuerzo por limitar el tiempo de pantalla a una hora al día en total. Si tu hij@ te dice que está aburrido, ayúdale a hacer una lluvia de ideas pensando en todo lo que puede hacer sin necesidad de encender la pantalla. Te sorprenderás de la cantidad de ideas que pueden surgir.
El NO está sobrevalorado - Queremos usar la palabra NO para situaciones que verdaderamente lo ameriten como: NO se puede tocar la estufa, NO te puedes subir a la mesa de vidrio. Pero en realidad la necesitamos para que nuestro pequeño NO saque todos los libros del librero?, que NO pinte con gises en la acera? Existen muchas posibilidades para alimentar la creatividad en casa. Cuestionemos si realmente es algo que NO se puede hacer porque no queremos recoger o porque es algo peligroso. Permitamos la exploración con reglas y límites y dejemos el NO para situaciones que realmente lo ameriten.
Enfócate en el proceso, no en el resultado - Los niños buscan naturalmente la aprobación de los adultos y específicamente de sus padres, estos son signos de socialización importantes. Es por esto que, como adultos, debemos asegurarnos de aplaudir el proceso, no el resultado. Si aplaudimos el resultado como “qué lindo dibujo hiciste, hija, me encantan tus dibujos”, la niña puede enfocarse en hacer la mayor cantidad de dibujos que pueda para seguir recibiendo halagos. Si, en cambio, nos enfocamos en el proceso diciendo “Mi amor, me encanta las ganas que le echas a hacer tus dibujos, se ve que realmente te estás esforzando” entonces le quitamos la presión por el tiempo, por la cantidad, y le damos autoridad para quedarse el tiempo que quiera, y verdaderamente dejar que su mente produzca con tranquilidad.
Establece un espacio y haz que la producción creativa sea sencilla - Asigna un espacio y reglas para la creatividad como: siempre que hay pintura hay que cubrir la mesa con periódico, manta o bolsa de basura, todo lo que uso lo debo limpiar y regresar a su lugar, etc... Una vez establecidas las reglas, asegúrate de facilitar el acceso a los materiales requeridos para la producción creativa. Pon a su altura hojas blancas (evita libros para colorear, una hoja en blanco tiene infinitas posibilidades), plumones, crayolas, colores, tijeras no puntiagudas, pegamento y todo lo que quieras para que en el momento en que tu hijo sienta el impulso creativo o esté aburrido, tenga todo lo que necesita a la mano para poder crear.
Dale permiso para ser diferente - Los niños originales y creativos muchas veces son vistos como diferentes por los demás niños, lo cual no siempre resulta en ser el “más popular”. Sin embargo, los niños que no siguen el status quo y hacen lo que les gusta sin importarles lo que los demás piensen, suelen ser más felices y libres. Claro que queremos que nuestros hijos tengan amigos, pero ¿queremos que hagan todo por encajar o agradarles a los demás? Quitémonos nuestros propios prejuicios sobre si nuestro hijo es el más popular o no, enseñémosle a ser amable, respetuoso y gentil con los demás, pero también enseñémosle que está bien ser diferente, que está bien pensar diferente y que está bien tener una voz diferente. Dale la seguridad de que es increíble tal y como es y verás que no es solo la creatividad el área que será beneficiada. Su autenticidad atraerá a los amigos correctos y tendrás un hijo más feliz.
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