Educar a un niño es probablemente la tarea más difícil y más importante que puede tener alguien en sus manos. Darles habilidades y herramientas para enfrentarse a un mundo altamente competitivo y globalizado, enseñar buenos hábitos, modales, poner límites de forma amorosa y respetuosa, apoyarlos para que sean la máxima y mejor versión de sí mismos... Y como si esto no fuera suficiente, debemos enseñarles a ser buenas personas... ¿Y esto? ¿Por dónde empiezo?
Hoy vamos a enfocarnos en un valor particularmente relevante en esta temporada del año: la generosidad.
¿Por qué enseñar generosidad desde pequeños?
Queremos formar personas que descubran por sí mismos la grandeza que hay en dar, lo bien que se siente y que es un sentimiento mucho más poderoso que el de recibir. Queremos empezar cuanto antes para ir cultivando buenas cualidades que formen adultos comprometidos con la sociedad y con el bienestar de los demás. Pero sobre todo, queremos que lo hagan desde el corazón, que sean generosos sin buscar el reconocimiento de los demás, sino porque se siente bien y porque hace a los demás sentirse bien.
En el proceso de enseñar generosidad también debemos tomar en cuenta el amor propio; no puedes dar lo que no tienes o dar más de lo que puedes manejar. Siempre debe haber un equilibrio y límites. Es por esto que no vamos a obligar a nuestro hijo a regalar su juguete favorito, ni regañarlo por no hacerlo. Recuerda que queremos que disfrute el dar y enfocarnos en la sensación tan positiva que nos da hacerlo.
A continuación te dejamos 5 tips para empezar a enseñar la generosidad a tu hijo desde hoy:
Predica con el ejemplo: Debemos ser coherentes y si queremos que nuestros hijos sean generosos, ellos nos deben ver siendo generosos. Si ya participas en actividades de voluntariado o si haces donaciones de ropa, juguetes, despensas y demás; involucra a tu hijo y explica lo que estás haciendo y a quién beneficia. Si puedes hacerlo parte de todo el proceso y puede ver aquellos a quienes se están ayudando, la actividad le hará mucho más sentido.
Enséñale el valor de los detalles: Para que pueda entender lo bien que se sienten las personas cuando reciben algo, él debe experimentar esa sensación primero. Ten detalles con él, como mandarle una sorpresa en la lonchera, hacerle favores, esconderle un detalle en los zapatos, etc. Habla con él sobre lo lindo que siente al recibir detalles. Para darle una metáfora fácil de comprender, explícale que cuando sabemos que los demás nos quieren, recibiendo este tipo de atenciones, nuestro corazón se hace grande.
Juegos de mesa: Jugar juegos de mesa es una excelente herramienta para enseñar y explicar muchas cosas a tus hijos de forma lúdica. Al aprender a tomar turnos, a ganar bien, a perder bien, y a compartir, estamos sentando las bases de convivencia y justicia donde todos somos iguales.
Enseñar empatía: El primer paso es ponerle palabras a los sentimientos, sin juzgar. Estar feliz, emocionado, triste, enojado, asustado, es normal y es parte de ser humanos. Ayudar a nuestros hijos a reconocer estos sentimientos les ayudará a desarrollar la inteligencia emocional para conocerse a sí mismos y poder empatizar con los demás. De nuevo, predicamos con el ejemplo. Por decir, si nuestro hijo está enojado, nos acercamos a él diciendo algo como: "Veo que estás enojado, ¿hay algo que quieras contarme? ¿quieres que te abrace?". También aprovechar cuando nosotros experimentamos un sentimiento fuerte diciendo algo como: "Mamá está llorando porque está triste, está triste porque extraña a su abuela y la quiere ver".
Cuentos y películas: Una gran forma de enseñar a nuestros hijos es viendo películas y leyendo cuentos. Lo importante es sentarnos con ellos y hacerlo de manera intencional. Pausar de vez en cuando para hacer preguntas como: "¿qué le pasó a Nemo?" "¿cómo crees que se siente?" "¿por qué crees que se siente así?" "¿cómo te sentirías si te pasara algo similar?". Utiliza preguntas abiertas que abran la conversación, que les permita reflexionar y comunicar sus sentimientos ante lo observado.
Esperemos que estos tips te sirvan para empezar cuanto antes y aprovechar esta temporada tan linda para celebrar, pasar grandes momentos en familia, divertirse y formar. Es tiempo de dar, demos de forma intencional y eduquemos a nuestros niños para amar dar, es un regalo para ellos, es un regalo para nosotros y es un regalo para el mundo.
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